ALASKA SEAFOOD

En Alaska encontramos 5 tipos de salmón salvaje: Rosado, Keta, Rojo, Plateado y Real. Todos ellos habitan en las prístinas y salvajes aguas de Alaska, donde son capturados de forma responsable y bajo los estrictos criterios de biólogos, organismos y normas políticas actualizadas año tras año.

Alaska es líder mundial en la gestión responsable de pesca, apostando por la prohibición de las piscifactorías, como queda recogido en su Constitución desde 1959. Por ello, estos salmones, que viven en completa libertad y de forma salvaje durante toda su vida, gozan de una mayor calidad en cuanto a su sabor, textura y valores nutricionales. Carnes magras, color de la carne más intenso, menos grasa y altas cantidades de omega-3 natural, son algunas de las características de esos salmones salvajes de Alaska.

El abadejo de Alaska es la especie más abundante del mar de Bering y constituye el 60% de la biomasa de la región. Pertenece a la familia Gadidae, que incluye tanto al bacalao del Pacífico como el bacalao del Atlántico. En el golfo de Alaska, el abadejo es la segunda especie más abundante y representa un 20% de la biomasa.

Al tratarse del pescado blanco más abundante del norte Pacífico, resulta una opción económica, versátil y muy nutritiva, que encaja perfectamente en la dieta escolar de los más pequeños por su carne blanca y sabor suave. Un pescado salvaje perfecto para las colectividades

Las huevas de salmón salvaje de Alaska, también conocidas como Ikura, tienen un color exterior naranja rojizo vivo y uniforme, mientras que en el interior el color y la consistencia es semejante a la miel. Las huevas son ligeramente transparentes, fáciles de separar unas de otras y con una consistencia firme y elástica.

Las huevas de salmón salvaje son un ingrediente destacado en la cocina japonesa, sobre todo en porciones de arroz o en muchos tipos de sushi. Un producto reluciente y elegante que se usa a menudo para decorar canapés y aperitivos exquisitos. Aporta sabor y nutrientes a cualquier plato y puede añadirse también a ensaladas, sopas y otros platos.

El Gindara, conocido también como bacalao negro salvaje de Alaska, es más que un pescado: es un verdadero tesoro culinario. Su textura mantecosa, su sabor suave y rico, y su capacidad para elevar cualquier plato a la categoría de alta cocina lo han posicionado como uno de los ingredientes más codiciados en las mejores cocinas del mundo.

Lo que hace al Gindara aún más especial es su origen. Este pescado es capturado en las gélidas aguas de Alaska, mediante métodos de pesca sostenible certificados que garantizan la preservación de su hábitat natural. Cuando eliges Gindara, no solo estás llevando un producto premium a tu restaurante, sino que también estás apoyando prácticas responsables con el medio ambiente.  

Además de su calidad indiscutible, el Gindara es una opción ideal para los días en los que no llega pescado de la lonja. Su disponibilidad en formato congelado asegura que puedas contar con un ingrediente premium siempre a mano, sin comprometer su sabor ni su textura.

Históricamente reservado para mesas exclusivas, el Gindara ahora está más cerca de los profesionales gastronómicos que buscan destacar con propuestas de alto nivel. Su versatilidad permite explorar desde recetas tradicionales hasta creaciones innovadoras, siempre con resultados excepcionales.

Perfecto para platos al Josper, hornos, parrillas, brasas o marinados, como en el icónico plato de Nobu ‘Gindara al miso’, el bacalao negro es una joya culinaria que asegura una experiencia memorable en cada plato, mostrando siempre su versatilidad y calidad superior. ¿Estás listo para sorprender a tus comensales con un sabor que redefine la excelencia?

El bacalao de Alaska pertenece igualmente a la familia Gadidae y está emparentado con el abadejo de Alaska y el bacalao del Atlántico.

Se le considera un pez demersal transoceánico y vive en aguas de hasta 500 m de profundidad. El desove tiene lugar entre enero y mayo, y sus huevos ~demersales y adherentes~, se pegan a las rocas, el coral y otros accidentes del lecho marino y eclosionan tras un periodo de entre quince y veinte días tras el cual las larvas quedan suspendidas, a la deriva, cerca de la superficie del agua. 

La alimentación del bacalao de Alaska también cambia a lo largo de su ciclo vital; mientras que los alevines se alimentan mayoritariamente de invertebrados, los adultos se alimentan de otros peces. A su vez, el bacalao es presa del fletán, del tiburón salmón, del oso marino ártico, de la marsopa, de diversas especies de ballenas y del frailecillo coletudo.